El presbítero Adrián Vitali conoció una mujer en su parroquia. La mujer quedó embarazada. El arzobispo le “ofertó” mandarlo a otro destino y que la Iglesia se hiciera cargo de la manutención de la criatura si renunciaba a su paternidad.
Horacio Fábregas revela cómo una monja decía a los seminaristas que era la Virgen la que besaba en su nombre. Y habla de su desilusión porque casi nadie en la Iglesia respetaba el celibato.
Nicolás Alessio cuenta los entretelones de su expulsión de la parroquia por apoyar el matrimonio igualitario y recuerda cuando un obispo le pidió que no usara la palabra “justicia” en sus sermones.
Lucio Olmos descubre el sistema de “financiamiento” de los curas párrocos y relata el momento en que el obispo le pidió que no trabajara y viviera de los sacramentos. Además cuenta con lujo de detalle su colaboración con la guerrilla y la persecución militar.
Elvio Alberione desmenuza la complicidad de la Iglesia con el golpe del ’55 y analiza, hecho por hecho, por qué la Iglesia usa el mensaje de Cristo como herramienta de poder.
Todos recuerdan su paso por el seminario, las represiones, expresiones y perversiones sexuales que parecen inevitables y revelan cómo el clero se esfuerza en permitir que todo ocurra siempre y cuando no se conozca.
Adrián Vitali dialogó con Me Quedo Acá antes de la presentación del libro en la Feria del Libro de Córdoba, este domingo a las 19 en el Auditorio Obispo Mercadillo. Una entrevista imperdible que ya comenzó a dar qué hablar: